Japón: Osaka, Kochi, Nagoya y Busan

A la sombra del monte Fuji, Shimizu es uno de los puertos más hermosos de Japón. Recorre los pinares de Miho, donde crece un pino negro japonés de 650 años, o bien disfruta de espectaculares vistas del monte Fuji desde la exuberante colina arbolada de Nihondaira. No te pierdas las vistas marinas al realizar un crucero por la bahía, o bien aprende sobre las delicias subacuáticas del primer museo de sushi del Japón. Echa un vistazo a cómo era la vida feudal en Japón durante 200 a. C. en el sitio arqueológico de Toro. Compra artesanías de madera tradicionales y telas exclusivas de la región, y prueba el yokan, un dulce gelatinoso.

Nagoya, ciudad cuya población la convierte en la cuarta más grande de Japón, es uno de los centros donde se desarrolla el comercio moderno, puesto que allí se encuentran empresas como Toyota, la compañía de porcelana Noritake y el parque temático Legoland. Recorre el salón de exposiciones de Toyota, descubre los jardines de Noritake y sumérgete en el universo de estrellas que te ofrece el planetario del Museo de Ciencias. El castillo de Nagoya, considerado un Tesoro Nacional, es un punto de atracción que debes conocer, como también lo es Sakae, el distrito de entretenimiento de dicha ciudad. En esta animada zona se encuentran la Torre de Televisión de Nagoya, símbolo de la ciudad, y Oasis 21, un parque público de varios niveles con una temática acuática futurista.

Amparada por colinas en tres de sus lados, Kioto es considerada el epicentro histórico y cultural del país. La ciudad fue la capital de Japón por más de 1,000 años (794 - 1868) y tiene aproximadamente 1,600 templos budistas y más de 400 santuarios sintoístas distribuidos en toda su extensión. Desde numerosos sitios históricos y jardines tranquilos hasta la deliciosa comida local y las compras en boutiques, Kioto te ofrece un pantallazo del núcleo tradicional y cultural de Japón.

Conoce a la gente del lugar y disfruta los sabores locales en esta ciudad acogedora, famosa por su Katsuo no tataki (un plato preparado con un tipo de atún Tataki). El centro de la ciudad se estableció en el 1601 como un pueblo alrededor del castillo Kochi, que ahora es una de las atracciones principales de la región. Viaja al pasado caminando por el famoso puente rojo Harimaya-bashi, que es la base de una antigua canción folclórica. Descubre la encantadora playa de Katsurahama, donde se alza el Monumento a Sakamoto Ryoma frente al mar en honor al legendario líder de la paz japonés.

La historia está siempre presente en Hiroshima, por eso la ciudad creó uno de los monumentos más bellos e importantes del mundo: el Museo y Monumento de la Paz de Hiroshima. En este sitio declarado Patrimonio de la Humanidad hay estatuas, salones y monumentos en honor a los caídos en la Segunda Guerra Mundial. Como una de las islas más grandes de Japón, Hiroshima también tiene una gran belleza natural y una variedad de opciones para disfrutar al aire libre como ciclismo, excursionismo e ir a la playa. La gastronomía local es muy variada y el plato característico es el "Okonomiyaki", una crepa rellena con carne, mariscos, col y vegetales. Las ostras (generalmente a la plancha) se sirven como una atracción culinaria fresca y deliciosa.

Visita el exquisito Jardín Iso-Teien y su villa, construida en 1660, y no te pierdas de las fabulosas vistas antes de emprender un corto viaje en ferry hacia el humeante Sakurajima, para ver de cerca el volcán y sus campos de lava. O bien viaja hacia el campo, hasta Chiran y sus calles bien conservadas flanqueadas por las viviendas de los samurái. Disfruta del hermoso paisaje del lago Ikeda y las fabulosas vistas de la península de Satsuma. Los souvenires más interesantes son las muñecas Satsuma locales, tarjetas únicas impresas con tinta hecha de ceniza volcánica y juguetes de madera poco comunes. Además, asegúrate de probar la sopa miso, el sashimi o el ramen, los fideos famosos de la zona.

Cuando pensamos en Nagasaki a menudo la relacionamos con la bomba atómica, y aquí hay muchos museos y monumentos conmovedores dedicados a su historia en la Segunda Guerra Mundial que no puedes dejar de ver. Sin embargo, la Nagasaki moderna tiene una atmósfera encantadora y llena de vida que tienes que conocer. Entre sus calles empedradas y colinas, la ciudad tiene una gran escena gastronómica que dejará emocionado al apasionado de la comida que llevas dentro. Para capturar la belleza del paisaje de Nagasaki puedes subir al teleférico o hacer un tour por el puerto. El lugar está repleto de santuarios, templos e iglesias antiquísimos que no te puedes perder.

Busan -la segunda ciudad más grande de Corea del Sur- es una mezcla armoniosa de cultura milenaria y un aire metropolitano contemporáneo. El paisaje urbano del centro y el puente Bampo son dos de las maravillas visuales de Busan. Los templos budistas del viejo mundo y las estructuras antiguas conservan la esencia de la historia y cultura de Corea. Busan además tiene un sinfín de paisajes naturales cautivantes, desde millas de playas vírgenes hasta enormes montañas. Busan también tiene uno de los puertos comerciales más grandes del mundo. Esta ciudad cada vez más popular para los turistas y empresarios se está convirtiendo en un destino obligado en Corea del Sur.

Visita Kanazawa y la Prefectura de Ishikawa para viajar al pasado al período Edo (1603 a 1886), el apogeo de la cultura samurái. Por suerte, Kanazawa fue la segunda ciudad más grande (después de Kioto) en quedar intacta después de la Segunda Guerra Mundial. Como resultado, partes de la antigua ciudad del castillo, incluso el distrito samurái Nagamachi y los distritos de entretenimiento chaya, sobrevivieron en bastante buen estado. Ten tu cámara lista para capturar las filas de casas de té en el distrito histórico de las geishas. Kanazawa también tiene muchos templos bellísimos y una amplia variedad de museos y un animado mercado que se remonta al 1721. Aproximadamente a una hora está Kaga Onsen, aguas termales sanadoras que bien vale la pena visitar en un día.

Situada a orillas del mar de Japón, la prefectura de Akita y ciudad capital del mismo nombre, ofrece una abundancia de belleza natural. Sus aguas termales, llamadas onsen, son las más ácidas, especialmente en Tamagawa, donde los visitantes acuden en masa para recostarse sobre piedras raras y radioactivas que supuestamente tienen efectos beneficiosos para la salud. Desde sus bosques vírgenes de hayas hasta el lago más profundo de Japón, Akita es un paraíso para los amantes de la naturaleza, especialmente en primavera, cuando florecen los cerezos. Senshu Park es uno de los lugares favoritos para ver el paisaje. ¿Te gusta la historia? Realiza un tour en bicitaxi por el distrito samurái más conservado de Japón. Sube a lo alto de la Torre Selion en el puerto de Akita para disfrutar de vistas de 360 grados.

Sumérgete en la historia de Aomori visitando sitios arqueológicos fascinantes, aldeas antiguas y museos culturales. Ven con hambre para disfrutar las delicias culinarias de la zona y crea tu donburi a gusto con los mariscos frescos que venden en el mercado de pescado Furukawa. O descubre uno de los tantos huertos de manzanos de la ciudad y prueba sus manzanas rojas y verdes y jugos y jaleas caseras.

La mejor vista de Hakodate es desde la cima de la montaña que lleva el mismo nombre. Sube en el teleférico hasta la plataforma de observación y disfruta la vista de la ciudad y el paisaje de abajo. Sumérgete en la historia dentro de los muros con forma de estrella del Fuerte Goryokaku y recorre el lugar donde se pelearon batallas famosas que transformaron a Japón. Para abrir el apetito, camina por las empinadas calles de la ciudad y disfruta un riquísimo tazón de arroz con mariscos (kaisen-don) en el mercado matutino de Hakodate.

Situada entre las montañas y el mar, Sendai recibe el apodo de "Ciudad de los Árboles", lo que resulta fácil de entender al explorar esta pujante ciudad. Los lugares históricos y los museos inundan el paisaje urbano, lo que permite conocer el pasado histórico de la región. Desde la deliciosa comida callejera hasta los restaurantes con estrellas Michelin, Sendai te ofrece numerosas formas de saborear la cocina local mientras recorres las tiendas tipo boutique. También puedes salir de la ciudad para visitar volcanes inactivos, colinas sinuosas y aguas termales relajantes para disfrutar de la belleza natural del paisaje.

Yokohama solía ser una tranquila aldea pesquera pero ahora es uno de los puertos más grandes de Japón y tu puerta de acceso a Tokio. Las tradiciones antiguas y sitios históricos se fusionan con la cultura moderna dando forma a una ciudad como ninguna otra. En Tokio se puede caminar entre rascacielos con luces de neón y templos majestuosos. Recorre las tiendas que venden lo último en tecnología o refúgiate en uno de los tranquilos jardines alrededor del Palacio Imperial. Prueba la comida tradicional en un restaurante con estrellas Michelin y asiste a un combate de sumo, el milenario deporte japonés. Este centro cosmopolita ofrece una enorme variedad de atracciones y actividades y un sinfín de sitios culturales e históricos. No importa si es tu primera o tu quinta visita a la ciudad, Tokio siempre cautivará tu imaginación.