Una charla con el artista del casco del Norwegian Breakaway, Peter Max
"Realmente no puede pasar. A Peter no le agradan las visitas inesperadas y hoy no tiene programado recibir a nadie".
Peter Max era defendido por su asistente, quien salió de detrás de un atestado escritorio y se abrió paso entre las abundantes hojas de una enorme planta situada junto a ella en un fallido intento de impedir que siguiéramos avanzando por el corredor que llevaba al estudio del artista.
Mis padres acababan de regresar de un crucero que habían hecho con Norwegian Cruise Line y habían quedado fascinados con el trabajo de Peter Max exhibido en una de las galerías de arte a bordo. Luego de hacer varias compras (y beber varios martinis), se las arreglaron para conseguir la dirección del estudio que este afamado artista tiene en la ciudad de Nueva York.
Durante nuestra siguiente visita, decidimos pasar por allí, asumiendo que su ámbito creativo seguramente incluiría una galería de arte. Caminando con nuestros cuellos subidos para protegernos del frío aire primaveral, buscamos en cada acera cualquier indicador de una galería, mientras sentíamos el helado aire. Nada.
El área era casi toda residencial, de manera que luego de buscar durante veinte minutos estábamos listos para darnos por vencidos, pero de pronto vimos a un hombre joven salir de un edificio revestido en piedra sin ninguna distinción especial. Haciendo un último y desesperado intento, le preguntamos si de casualidad conocía a Peter Max y si sabía dónde podría estar su estudio. Resultó ser que este hombre acababa de estar arriba dejando suministros para Max y accedió con gusto a dejarnos entrar en el edificio.
El desvencijado ascensor nos dejó frente a la puerta de un departamento. Un antiguo portero eléctrico con un colorido letrero que decía "Por favor, toque timbre" descuidadamente adherido al botón era el único indicador de que tal vez habíamos dado con el lugar correcto.
El espacioso interior del lugar ostentaba filas de estantes con lienzos apilados, un muro con televisores e infinidad de pósters y una pequeña sala de estar en la parte posterior, iluminada por la luz del sol. Todo el lugar era una gran explosión de color. Las tan conocidas ilustraciones de Max que componen la serie de la Estatua de la Libertad, como así también varios retratos de celebridades, podían vislumbrarse a través de su particular estilo de arte y sus figuras cósmicas.
Peter Max es tal vez uno de los artistas modernos más famosos, y mejor remunerados, de Estados Unidos. Sus pinturas psicodélicas se han convertido en íconos de la cultura pop. Su arte gráfico ha engalanado productos de GE, una estampilla de 10 centavos, los jets Boeing de Continental Airlines y el Norwegian Breakaway , el crucero de Norwegian Cruise Line cuyo puerto de origen se ubica en Nueva York. Max fue el artista oficial de la Copa del Mundo de 1994, de cinco Super Bowls y de muchísimos otros eventos relacionados con celebridades. En una oportunidad, lo invitaron a pintar una de las instalaciones de la Casa Blanca, a la que el entonces presidente de la nación, Ronald Reagan, le añadió, con ánimo de bromear, unas cuantas pinceladas antes de dar su aprobación.